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EL MUNDIAL DE CATAR

por | 21 Nov 22 | Consultoría, Marketing

Nos quejamos pero tenemos lo que nos merecemos. Hemos “futbolizado” la vida. Hemos aceptado la monetización de las pasiones que no siempre respeta a las personas, a esas ilusiones o, como ocurre este caso, a la esencia del deporte en cuestión. Todos lo saben, y todos juegan a hacerse los cínicos o estupendos “ofendiditos”, según toque. 

Este Mundial es un viaje avaricioso a la Prehistoria. Es una vergüenza que se juegue allí un Mundial, pero no se le puede exigir al fútbol lo que no hacemos usted o yo, en nuestra vida personal. 

Seguimos comprando productos fabricados en China, consumiendo gas comprado en Rusia, y nos da mucha pena lo de Ucrania, pero ya no sabemos ni cuantos días o meses llevan de guerra. Es más, desde nuestros salones o cocinas con las neveras llenas, exigimos que negocien para la paz y que todo vuelva a lo de siempre, es decir, que no nos fastidien con que se pueda extender el conflicto a nuestra casa, o se dispare el precio de la luz o gasolina. Es un asqueroso pijerío económico semiburgués que, ahora, se trufa con denuncias de “postureo” que se molestan por jugar un Munidal en Catar, pero que disfrutan viendo  las vidorras que se pegan los EXPATRIADOS que salen en los reportajes de “Españoles por el Mundo”. 

Veo muchos valores de moqueta. Los valores son la esencia de la conducta de las personas. Las personas tienen valores. No es al revés. Los valores no tienen personas. Y las personas según las circunstancias, pueden modular el uso de esos valores. Ocurre, durante todo el año, en la inmensa mayoría de los clubes y equipos de Europa, con honrosas excepciones. La Pirámide de Maslow lo explica de forma muy clara. Es cierto que aquí, ahora, la sensación es que se les ha ido de las manos por una ambición desmedida. Es feo, innecesario y muy decepcionante. 

El mundo del fútbol ya no disimula. Y les da igual a todos. Por supuesto, a los dirigentes pero lo mismo o peor a los ídolos mononeuronales que juegan o dirigen desde el banquillo. Por cierto, con la complicidad de los medios de comunicación que “cuidan” de su materia prima, eso sí, con diferentes niveles de implicación según tengan o no derechos sobre el evento. No espero nada de quienes desarrollan su industria sin ética y sin limitaciones bajo el falso principio de “gano según lo que genero”. No es verdad. Es mentira. 

Si le gusta el fútbol, vea el Mundial. No es mucho peor que ver la Champions, La Premier, al Paris Saint Germain o al Barça que estuvo patrocinado por Catar. No se sienta mal. Lleva tiempo mirando para otro lado, y ha comprado el “pan y circo” moderno. Pero, sí le ruego que no compre la tramposa épica de que “juega su país”, o que “los muchachos en pantalón corto son apóstoles de valores de la juventud del Siglo XXI”. Solo son gente que cobra por hacer su trabajo, y si están allí, les importa muy poco todo lo demás.A todos, hagan o no demagogia facilonga con mas o menos capacidad. Como a usted, por cierto. Y así nos va. 

Los ciudadanos de la Vieja Europa y el Mundo Occidental, decimos que nos faltan líderes y valores. Esto nos retrata. Somos unos hipócritas. Y, ahora, ponte a explicar que el dinero no lo puede todo. Te miran con desdén y te encasillan en “soñador trasnochado”.

Muy mal. 

Emilio García Carrasco 

(**) Consultor experto en Formación, Comunicación y Marketing.

(*) Periodista deportivo. Ha narrado en Mundiales: Francia 98 – Corea y Japón 2022

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